La mejor forma de aprovechar los beneficios de la cebolla es consumirla cruda. Así estimula el funcionamiento del hígado, el páncreas y la vesícula, a la vez que mejora la actividad digestiva. Contiene vitaminas del grupo B necesarias para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y del inmunitario; también vitamina E y C, con potente acción antioxidante asi como múltiples minerales y oligoelementos como potasio, magnesio, fósforo, calcio, sodio y azufre entre otros, aminoácidos esenciales y fibra.
Una de las propiedades más conocidas de la cebolla es la acción diurética, por lo que es muy recomendable en pacientes con insuficiencia renal, gota o hiperuricemia, cálculos renales, edemas o hipertension. Por su efecto diurético, pero también por su alto contenido en agua y fibra y bajo en grasas y azúcares, es indispensable en cualquier dieta.
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